Además de llevarnos el premio al Colegio con más participantes , nos hemos llevado un montón de premios individuales.
Aquí tenéis los cuentos ganadores y seleccionados de tercero.
El bosque de la Navidad.1ER. PREMIO
Érase una
vez, un bosque en el que convivían árboles y animales en paz.
La mayoría
de árboles eran abetos y sabían que en cada Navidad, unos cuantos de ellos
serían talados para adornar las casas.
Era
principios de diciembre y todos estaban tristes sabiendo lo que iba a pasar.
De entre
todos los habitantes, destacaba Lucy, una ardilla muy inteligente a la que no
le gustaban las injusticias como aquélla.
Reunió a
todos los animales del bosque porque quería idear un plan para salvar a todos
sus amigos abetos.
Pensó que quizás si adornaban ellos mismos el bosque, la gente no se llevaría árboles a casa para decorarlos.
Pensó que quizás si adornaban ellos mismos el bosque, la gente no se llevaría árboles a casa para decorarlos.
Día tras
día, llevaron a cabo su misión. Las ardillas colgaban bellotas como adornos,
las serpientes se enroscaban como espumillón, las luciérnagas iluminaban los
árboles y los grillos tocaban villancicos alrededor de ellos.
Las
mariposas también pusieron de su parte y se posaron sobre ellos moviendo sus
alas y los pajaritos construían figuritas con palitos para decorar las ramas.
El bosque
había quedado precioso y parecía que la misión iba a ser un éxito.
Llegaron los
primeros leñadores de la aldea cercana para empezar a talar abetos y cuál fue
su sorpresa al ver el bosque tan bonito y navideño.
Al ver
aquello dudaron si llevarse los abetos o no y decidieron hablarlo con los demás
de la aldea y esperar al día siguiente para empezar a talar.
Los
habitantes del bosque, y Lucy sobre todo, se quedaron un poco desilusionados
pensando que, al final, los humanos no verían más allá de sus narices.
Aquella
noche se fueron todos a dormir pensando que nunca habría una manera de proteger
a los abetos.
Pero… No
eran los únicos que observaban la escena. Papá Noel, desde las alturas, había
visto el esfuerzo de los animales por proteger a sus amigos y decidió echarles
una manita.
Rebuscó por
el cielo las estrellas más bonitas y aquella noche las envió a todas al bosque
para que se posaran en la punta de los abetos, haciéndolos brillar.
Al día
siguiente, cuando volvieron los leñadores no se lo podían creer. Los abetos
estaban preciosos con todos los adornos, las estrellitas iluminándolos y todos
los animales alrededor.
Habían venido con sus familias para decidir qué hacían y los niños quedaron maravillados, el bosque ahora parecía mágico.
Habían venido con sus familias para decidir qué hacían y los niños quedaron maravillados, el bosque ahora parecía mágico.
Y al fin
decidieron que era que en vez de llevarse los abetos a sus casas para
decorarlos, irían ellos al bosque a disfrutar de la naturaleza, de esos árboles
tan bonitos y tan bien decorados y de la compañía de los animales.
Lucy y los
demás animales se alegraron muchísimo de esa decisión y todos, humanos
incluidos y cada uno a su manera, entonaron villancicos junto a sus queridos
abetos.
Papá Noel,
viendo la buena voluntad de todos, decidió sorprenderlos con algo más, y desde
aquella Navidad, los aldeanos se despertaban el día 25 de diciembre y se iban
todos al bosque de los abetos, donde se encontraban regalos para todos,
personas y animales.
ROBERTO DELGADO, 3ºB
UN GNOMO
LLAMADO IVÁN.SELECCIONADO
"EL LIBRO AL QUE SE LE FUERON LAS LETRAS". SELECCIONADO.
Hace mucho, mucho tiempo, un niño, en una ciudad llamada Zaragoza, fue a la biblioteca
del Actur a por un libro titulado “Libro de la Selva”.
Mateo, que era como se llamaba, se lo llevó al parque. Entonces se le
cayó a un charco de barro. El niño gritó:
- ¡oh no!
Y cogió el libro y vio que habían desaparecido las letras. Se encontró
con sus amigos y decidieron crear y hacer un libro nuevo.
Judith hizo el título y el resumen, Mateo escribió el cuento con Raúl, Ainara dibujó y Ariana
pintó.
Entre todos los niños pensaron el cuento y decidieron contar como se conoció
la pandilla:
Los niños iban al colegio Cortes de Aragón y Ainara se
encontró con Judith y empezaron a hablar y se hicieron muy amigas. Ariana llegó y se juntó con
Ainara y Judith, sonó el timbre del colegio y subieron todos a clase. Ainara se
sentó al lado de Mateo y detrás de Raúl. Ariana delante de Raúl y detrás de
Judith. Judith estaba delante de Ariana.
Cuando bajaron al recreo Mateo y Raúl se juntaron con las chicas, desde
ese día fueron los mejores amigos y siempre estaban juntos y se lo pasaban genial
y se divertían un montón.
Cuando terminaron el cuento los niños decidieron llevarlo a la
biblioteca para que otros niños lo pudieran
leer y conocer sus aventuras.
Al final el cuento sin letras tuvo una gran historia.
FIN
AINARA GRACIA, 3ºA
Érase una vez un gnomo
llamado Iván.
Iván vivía en un pequeño
pueblo llamado Gonomworld en una colina de los Alpes en Italia.
Iván vivía con sus abuelos
Esteban y Beatriz.
Su vida era muy sencilla:
por la mañana iba al colegio para aprender a hacer juguetes y por las tardes
iba a la fábrica a aprender a hacer galletas mágicas.
Las galletas tenían
poderes sobrenaturales: unas hacían sonreir, otras curaban a los animales y
otras hacían transparentes a los gnomos.
Cada día Iván salía con
varias de esas galletas por si se encontraba con un humano.
Un día su abuelo Esteban
decidió llevarlo al Gran Oráculo Mágico porque ya tenía 10 años y para que éste
viera en su caldero mágico cuál iba a ser su profesión.
Iván acudió al oráculo y
éste echó tres galletas mágicas en el caldero. De repente una ola de humo tapó
la habitación y del puchero salió Iván en el mundo exterior dedicándose a curar
animales.
Iván y su abuelo Esteban
le agradecieron al Oráculo su visión y salieron de aquel lugar.
Por la noche, su abuelo le
hizo la mochila, porque al día siguiente se tenía que ir de la aldea; tendría
que ir a Lombardía y en la zona de los bosques dedicarse a cuidar animales con
sus galletas mágicas.
Así fue; Iván se trasladó
en Búho Airlines a Twist Village en Lombardía donde se hizo una cabaña-hogar.
Allí se abrió una clínica
veterinaria y todos los animales acudían a comer sus galletas mágicas para
curarse.
Un día todos los animales
– búhos, renos, zorros y todos los demás – como premio a su gran ayuda le
regalaron un bastón mágico y un diccionario completo de lenguaje del bosque.
Iván les dio un abrazo a todos y les prometió que siempre les cuidaría.
Cuando se marchó y volvió
a su casa, el bastón mágico servía para fabricar deliciosas comidas una vez
pronunciadas las palabras: “ quiero un huevo frito con patatas, chistorra y
jamón”; inmediatamente, éste aparecía.
Se alegró tanto con el
regalo que decidió quedarse allí para siempre.
Y colorín, colorado éste
cuento se ha acabado.
DAVID BLANCO, 3ºB
LA TIERRA SE HACE AMIGA DE LA GENTE. SELECCIONADO
Erase una vez, La Tierra.
La Tierra era la mejor amiga del
hombre hasta que un buen día se enfadó
porque no la respetaban: tiraban
basura al suelo en lugar de utilizar las
papeleras, contaminaban con sus máquinas,
contaminaban los ríos…
Esto continuó así hasta que un día
un niño dijo:
-
Esto no puede ser, tenemos que cuidar el planeta en el
que vivimos.
El niño tuvo una idea:
-
Voy a poner carteles y a decírselo a mis amigos.
La gente no prestaba atención a los
carteles y sus amigos decían que eso
daba igual porque no pasaba nada. La
gente siguió contaminando mucho
más que antes.
Un día la Luna fue a visitar a La
Tierra y le preguntó:
-
¿Por qué estás tan contaminada?
La Tierra le contestó:
-
Me he enfadado con mi amigo, “ el humano” y está
ensuciándome
cada vez
más.
La Luna dijo:
-
¿ No podrías hacer las paces con el humano?
La Tierra dijo:
-
Tal vez… A lo mejor… quizá… Bueno no sé qué decir,
ahora estoy
muy cansada
y enfadada, pero lo intentaré.
Dos días después… Amiga Luna, lo he
pensado y a lo mejo hablo con ellos.
La Luna le dijo:
-
Muy bien, ya verás como dentro de unos días te
encontrarás mucho
mejor.
Cuando la Tierra se lo contó al ser
humano, éste, negó con la cabeza.
-
NO, NO, y NO, no volveremos a ser tus amigos, por nada
del mundo
volveremos
a ser tus amigos después de lo que nos dijiste.
La Tierra se fue muy triste, su
amiga y único satélite “ Luna” le
animó: venga olvídate de todo y
vamos a jugar. La Tierra y la Luna se
pusieron a jugar. Jugaron a hacer
el movimiento de rotación. La Tierra dio
vueltas y vueltas, también la Luna
giró alrededor de la Tierra y sobre sí
misma. Luego jugaron con sus amigos los planetas: Mercurio,
Venus,
Marte, Júpiter, Saturno, Urano y
Neptuno. Jugaron con todos los cuerpos
celestes: satélites, asteroides y
con los cometas. Jugaron a girar sobre
el
Sol, al juego lo llamaban
“Traslación” y a otros muchos juegos. La Tierra
se lo pasó tan bien que pronto se olvidó de
todo.
Pasaron los días pero la Tierra no
se encontraba bien del todo, todavía
estaba muy triste.
Siguieron jugando hasta que la
Tierra dijo:
-
¡ Basta! Ya no aguanto más, se me tiene que ocurrir
una idea…
Pero no se le ocurría nada, estaba
bloqueado.
Mientras tanto en la Tierra al
niño que se le había ocurrido una idea de
pegar carteles, ahora venía
acompañado de una amiga suya. Insistieron
tanto que al final dio resultado.
La gente decía que si a la Tierra
se le ocurría una excusa volverían a ser sus
amigos.
Cuando la Tierra se enteró de lo
que pasaba se puso a buscar una nueva
excusa para encontrarse mejor, pero
no la encontró. La Tierra ya no
prestaba demasiada atención. Estaba
concentrada en buscar la solución al
problema.
Al cabo de unas semanas la Tierra
dijo:
-
No puedo hacerlo es imposible buscar la solución.
La Luna interrumpió a la Tierra:
-
Yo te ayudaré, tranquila, ya verás como todo se
soluciona y
empiezas a
encontrarte mejor.
De pronto a la Luna se le ocurrió
una excepcional solución:
-
Podemos decirles que dejarás de dar vueltas sobre ti
misma si no
dejan de
verter residuos sobre tu superficie, entonces ellos se
quedarían
sin el día y la noche; también dejarás de dar vueltas
alrededor
del Sol y se quedarán sin estaciones del año.
A la Tierra le pareció fenomenal:
-
¡¡¡ Muy bien amiga Luna!!!, ahora segurísimo que me
hacen caso.
La Tierra se lo explicó a la gente
y ellos aceptaron y comenzaron a cuidar
el medio ambiente, creando el
reciclaje de basura con tres contenedores
mágicos de distintos colores uno
para cada residuo: Azul= para el papel,
Verde= para el cristal y Amarillo=
para los plásticos y envases.
A partir de entonces la Tierra fue
recuperando su aspecto inicial y TODOS
fueron muy felices.
Colorín, colorado, los colores nos
han ayudado.
AYUDA A MANTENER LIMPIO NUESTRO PLANETA TIERRA,
POR TU BIEN, POR EL DE TODOS.
FIN
LUZIA ORERA, 3ºB
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