viernes, 14 de octubre de 2016

PEQUEÑAS HISTORIAS

En 3º D hemos empezado a fabricar nuestra propia colección de cuentos. Aquí os presentamos los primeros.

Érase una vez una jirafa y un pájaro. Eran muy amigos, super megaamigos.
Un día normal y corriente la jirafa quería coger algo muy, muy, muy alto. ¡Más que ella!, pero era imposible. Lo intentó una vez, y otra vez, y otra…, bueno muchas, no pudo. Pero, el pájaro que tenía mucha fuerza, se le ocurrió una idea. Era que él le cogiese en brazos y lo consiguió.
- ¡Bien! –gritó la jirafa
Un día tras otro lo hacía el pájaro. Un día, dijo el pájaro:
- ¡Basta! Estoy agotado. Te voy a hacer unas alas
Se puso manos a la obra, ¡lo consiguió! Se las puso… ¡hurra!, volaba.
Pero como eran de papel, se cayó.
- ¡Oh no! Que mala suerte
Le hizo otras de cartón, funcionó cuatro minutos, se cayó otra vez. Le hizo otras de metal, le costó días y días, más días. Al día siguiente, la jirafa estaba volando y no se caía, era increíble.
El pájaro era el mejor y… la jirafa, sortuda.
Lidia Olmeda – 3º D

     Érase una vez una niña que se llamaba Piruleta.

Un día se fue con su padre a pescar, pero no sabía donde ir.
- ¡Papá!, podíamos ir al río Arcoiris –dijo la niña
- Vale hija –contestó el padre
Al otro día cargaron el coche y se fueron al río Arcoiris. Sacaron todo y vieron que no llevaban lombrices. Piruleta le dijo a su padre:
- No te preocupes papá, tengo una idea y se sacó una lombriz de gominola del bolsillo. La puso en el anzuelo y la lanzó al río Arcoiris. Al rato empezaron a salir chuches en forma de pez y… es que claro ¡estamos en el mundo de las chuches!
Diego Gregorio – 3º D
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Un día Picachu se durmió y cuando se despertó, estaba en el bosque. Tenía mucho miedo y también había una serpiente, se fue corriendo antes de que le mordiera, se cayó por una colina y sobrevivió, pero tenía muchas heridas. Se lo llevó la ambulancia de Pokemons. Le fue a visitar un amigo al hospital que se llamaba As. Estaba muy malito.
¡Todo era un sueño de Picachu! Al despertar dijo: ¿Por qué me desperté?
Laila – 3º D




       Había una vez unos niños peculiares, que eran especiales, porque uno era de orejas, otro comía por la nuca, otro tenía mucha fuerza, otro se elevaba hacia el cielo, otros eran gemelos y cuando se quitaban la máscara convertían a la gente en piedra, otro tenía el poder de hacer corazones y dar vida, otro era de fuego. Miss Pelegrin era quien cuidaba de los niños y tenía el poder de convertirse en pájaro.

Tenían que luchar contra un profesor malvado que les quería comer los ojos y quitarles los poderes con unos monstruos que se llamaban huecos.
Entonces vino Marc que era el único que tenía el poder de ver los huecos.
Lucharon y ganaron gracias al poder de Marc. Pudieron ser felices y vivir en paz.
Héctor Garralaga – 3º D

      Érase una vez un colegio llamado Cortes de Aragón. En este colegio estaba una princesa llamada Princesa Azul. ¿Sabes por qué se llama así? Porque le gustaba mucho el color azul.

Un día, los padres de la Princesa Azul, el rey y la reina, se fueron a recogerla. Le llevaron un regalo, era muy chulo. Se acercaron al cole, llegaron tarde y la Princesa Azul estaba muy triste. Subieron a buscarla, además era su cumpleaños, cumplía 16 años. Sus padres corrieron a darle el regalo a la Princesa Azul, que estaba muy preocupada y lloraba. Por fin la encontraron y le dieron su regalo.
Lucía Andrés – 3º D

     Érase una vez un pez espada que se llamaba Alejandro, era el más rápido del océano.

Participaba en carreras con sus amigos el atún, el tiburón y el delfín y siempre ganaba. Después de las carreras le daban como premio una moneda de oro de un barco llamado Titanic que estaba hundido en el fondo del mar.
El Titanic era un barco construido en Inglaterra que se hundió en 1912 al chocar contra un iceberg, murieron 1.523 personas y sobrevivieron 705. Desde entonces Alejandro y sus amigos hacen carreras y juegan en él.
Y… comieron perdices, vivieron felices y a mi me dieron con una gamba en las narices.
Diego Jiménez – 3º D

Érase una vez una sandía que quería volar. Era amiga de todo el mundo: las flores, los pajaritos, el Sol… Pero su mayor sueño era volar. Todas las noches soñaba con ello, volando por el cielo sobre el mar, aunque no daría a todos sus amigos por ello.
A la mañana siguiente se le ocurrió una idea, llamó a sus amigos pájaros a que le ayudaran a volar.
Raúl Amo – 3º D




Érase una vez en las altas montañas, una manada de lobos. Un día nacieron tres crías, una de ellas era de color negro y los otros dos grises.
Lobo negro era muy aventurero, mientras que sus hermanos eran muy formales. Un día lobo negro se perdió y no sabía como volver. Se encontró con unos indios. Los indios le capturaron para que tirara del trineo. Cuando iban en el trineo, la manada le encontró y atacaron a los indios y ganaron. Lobo negro volvió con su familia y vivieron muy felices.
Sara Castillo – 3º D

Érase una vez un caracol que estaba paseando. El caracol vio un ángel volar, entonces el caracol quería volar. Pero no podía, de modo que tuvo que ir a buscar amigos.
Al primero que encontró fue a la mariquita Yola
- Yola, como tú vuelas, ¿me enseñarías a volar? -le dijo el caracol.
- Sí, pero como tú no tienes alas, te haré unas –le dice Yola
La mariquita le hizo unas alas de cartón, luego se fueron a una montaña para probarlas. El caracol corrió, pero se cayó y no pudo volar.
Al segundo que encontró fu al murciélago Azu y le dice:
- Azu, tú, como vuelas, ¿me enseñarías a volar?
- Sí, pero como tú no tienes alas, te haré unas –le dice Azu.
El murciélago Azu le dio una capa que venía con unos dientes de vampiro, luego se fueron a probar sus alas en una casa tenebrosa. El caracol corrió, pero se cayó en una piscina y tampoco pudo volar.
Al tercero que encontró fue a la mariposa Lima, le dice:
- Lima, como tú vuelas, ¿me enseñarías a volar?
- Sí, pero como tú no tienes alas, te haré unas –le dice Lima
La mariposa le hizo unas que eran de globos. Luego se fueron al parque a probarlas, a ver si funcionaban. El caracol corrió y sí funcionaron.
Colorín colorado
el caracol ha volado
Ceci del Pilar Puglla – 3º D

Había una vez que la Tierra se enfadó mucho y paró de girar porque la estaban contaminando mucho. La gente como se estaba derritiendo y helando dejaron de tirar cosas. La Tierra volvió a dar vueltas.
Después de unos cuantos años volvieron a tirar cosas al suelo.
La Tierra se dio cuenta que si dejaba de dar vueltas, no habría vida. Así que siguió dando vueltas, pero un dñia estaba llena de: latas, bolsas de patatas, de cristales, etcétera.
No se podía vivir de sucio que estaba. La Tierra empezó a llorar y de tanto que lloraba, los habitantes se dieron cuenta que no tienen que tirar cosas al suelo
Desde entonces todos reciclaban.
Izarbe Sanz – 3º D

Había una vez un niño que tenía siete años. Se llamaba Saúl y le gustaba mucho el fútbol. Desde que tenía cuatro años jugaba en el equipo del colegio y todo el mundo le decía que jugaba muy bien.
Este año, sus padres le habían apuntado a otro equipo de fútbol. Cuando llegó su primer día de entrenamiento estaba muy nervioso porque no conocía a nadie, pero en cuanto se puso a entrenar se le pasó.
Enseguida se hizo amigo de sus nuevos compañeros de equipo. Su entrenador, Alberto, era muy simpático y les enseñaba mucho, pero cuando tenía que entrenar se ponía muy serio y le decía: “a los entrenamientos se viene a entrenar, después podemos divertirnos y reírnos todos juntos.
Todos los sábados tenían partido y se lo pasaban muy bien. Al final de la temporada, Alberto les dijo que el sábado del último partido no hicieran planes, porque les iba a dar una sorpresa. Habían entrenado todos muy bien y se lo merecían.
Llegó el último partido y todos estaban muy nerviosos. Cuando terminó, todos se ducharon muy deprisa.
Había llegado el momento de la sorpresa, ¿cuál sería? Alberto les dijo: “vamos a ver el partido de fútbol del Real Madrid CF y vais a conocer a todos sus jugadores. ¡No se lo podían creer!, iban a conocer a su ídolo ¡Cristiano Ronaldo!
Se montaron en el autobús y fueron al estadio. El Real Madrid ganó el partido y después conocieron a sus jugadores. Saúl no olvidará nunca ese día.
Y colorín colorado
esta historia
se ha acabado
Ángel Soria – 3º D



   
Había una vez, unos cisnes mágicos que estaban en un lago mágico.
Un día fue un cazador con una escopeta, les disparó, pero no les dio, ellos se volvieron invisibles. El cazador buscó, buscó y no les encontró.
Cuando el cazador se marchó, los cisnes aparecieron de nuevo.
Sara Ripollés -3º D





       Érase una vez un niño que su sueño era poder viajar a Júpiter.
- Mamá, mamá ¿con cuántos años podré ir a Júpiter – dijo el niño.
- Cuando yo te deje, en este caso cuando me muera, porque no quiero ver a mi hijo en una nave y corriendo todo tipo de riesgos y problemas –dijo la madre.
- Pero mamá… - dijo el niño.
- No, no me rechistes y vuelve a tu cuarto – le dijo la mamá.
         El niño, muy triste, hace caso a su madre, se va a su cuarto, se tumba en su cama y se queda dormido.
         Soñó con el futuro. Era astronauta, su primera misión era su sueño desde niño: viajar a Júpiter, para ver si había vida en él. Se puso el traje blanco de astronauta y subió a la nave. Su madre estaría muy asustada hasta que volviera de nuevo a la Tierra. Tras quince horas aterrizó en Júpiter. Estaba abriendo la puerta de la nave cuando
- ¡¡¡Piiiiiiii, piiiiiiii!!! –La alarma del despertador le sacó de su maravilloso sueño.
Evan San Nicolás – 3º D

       Había una vez, en un país muy lejano a España, llamado Irlanda, que vivía un hipopótamo.
         El hipopótamo se llamaba Merlín, vivía en una casita de madera con puertas muy grandes y techos muy altos y también un jardín donde le gustaba salir a cantar.
         Salía a cantar a todas horas, por la mañana, por la tarde y por la noche.
         Tenía a todos sus vecinos muy enfadados. Los vecinos se juntaban para ver que podían hacer para que el hipopótamo Merlín no les molestara tanto. Pensaron en ponerse tapones para las orejas, también pensaron en irse de la ciudad, porque Merlín, el hipopótamo, no cantaba muy bien.
Pero, un día llegó un profesor de canto a la ciudad. Los vecinos de Merlín se alegraron un montón. El profesor de canto le iba a dar clases a Merlín, para que cantara un poco mejor y no molestara a los vecinos.
El profesor pasaba muchas horas con el hipopótamo Merlín para que aprendiera a cantar.
Aprendió un montón y lo hacía muy bien. Como aprendió tanto se hizo famoso. Fue cantando por muchas ciudades, muchos países. Los vecinos estaban muy contentos y Merlín Había conseguido su sueño de cantar.
Marcos Pinilla  3º D


   Había una vez una mariquita que se llamaba Rita y vivía cerca del estanque amarillento, en una casa hecha de paja, palos y hojas verdes. Una mañana se despertó temprano, desayunó rápido, se puso su abrigo de lunares, se cogió sus dos guisantes, se los metió al bolso, junto a su manta, a su tarro de miel y a su taza preferida.
Enseguida se marchó. Pasó por el estanque amarillento, ¡dónde había una rana gigante! Voló todo lo rápido que pudo, pero la rana se la comió. La rana escuchó la voz de Rita desde su boca y la escupió. ¡Era su amigo Pepito!
- ¡Hola Rita!. Siento mucho lo que he hecho, pero toma esto para ti –dijo Pepito.
- Muchísimas gracias – respondió ella y se despidió de él.
         Fue hasta el bosque de los zorros, donde a los zorros les encantaba perseguir bichos que vuelan. Fue con cuidado de no hacer mucho ruido, pero enseguida un zorro se despertó y despertó a los demás zorros. Todos los zorros del bosque la estaban persiguiendo hasta que se metió en un agujero de un árbol.
- ¡Hola! ¿Quién eres? – le preguntó una ardilla
- ¡Hola! Me llamo Rita y estoy aquí porque me están persiguiendo unos zorros – respondió y preguntó a continuación - ¿Sabes donde está el huerto hormiguero?
- Sí, está 13 árboles más adelante – contestó la ardilla
         De repente empezaron a caer gotas y más gotas, así que Rita se quedó allí a dormir. Se comió su tarro de miel y se arropó con su manta.
         A la mañana siguiente encontró la casa de su amiga Margarita y tomaron su té con guisantes.
Y colorín, colorado
Este cuento
se ha acabado

- Andrea Acebes – 3º D


Érase una vez un león que vivía en un zoo. Este león estaba siempre triste, porque no era fiero, ni peligroso.
         La gente que visitaba el zoo se asombraba de que fuera tan amable y tan tierno. Hasta le gustaba jugar con sus vecinos los monos.
         Todo el mundo encantado con sus juegos, pero él lo que quería era ser un león como los de la sabana.
         Así que empezó un día a comportarse fatal. Cuando le llevaban la comida, atacaba a sus cuidadores, se peleaba con sus compañeros, rugía a los visitantes e intentaba escalar los muros.
         Se convirtió en un peligro para todos, así que los cuidadores del zoo decidieron enviarle a una reserva natural en África.
         Desde entonces vive con otros leones, corre detrás de sus presas y nadie le aplaude, ni le tira chuches,  ni le molestan.

Lucas Lafuente – 3º D


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